viernes, 19 de octubre de 2012

Rico, rico, rico...

Últimamente y solo por distraerme de la monotonía de mi labor por demás repetitiva en la computadora, encontré relajante y de algún modo estimulante por razones que explicaré mas adelante, escuchar el podcast de "la mano peluda", así es, el mismo programa de relatos de terror que creo todos conocemos y que hasta el día de hoy se transmite en radio formula, creo...

El lector se preguntará con justa razón: "como se va a relajar este wey con la mano peluda?", "inche chango!", "lo sabía!, ya se volvió loco este wey!" y "estimulante... jejeje...", entre otras cosas y dependiendo del lector, pero permitanme explicarme, se que no tengo porque hacerlo, pero de otra forma esta entrada no tendría razón de ser y tengo mucho de no escribir ninguna, y mucho menos en este blog... no me haga divagar!, no me interrumpa óigame!

Cahum! cahum! (Sonido gutural para aclarar la garganta)

Pues bien, encuentro esta actividad relajante por el mismo motivo por el que todo mundo escucha radio mientras trabaja: el escuchar hablar gente, aunque no se le preste atención a lo que se dice, lo relaja a uno y le permite rendir mejor en su actividad, nieguemelo!

Por otro lado, y mas enfocado a lo que quiero expresar aquí, se encuentra la razón del porque lo encuentro estimulante... listo?, lista?, ok.

Siendo que el dichoso programa de radio ha estado activo desde hace muchos años (yo lo escuche por primera vez hace como 18 o 20! (chale!, ya estoy bien ruco!)), y lo deje de escuchar también mucho tiempo (practicamente toda la etapa de Juan Ramon Saenz), cuando lo escucho ahora no puedo evitar ser victima de una variación del síndrome del "Jamaicón Villegas", me asalta una nostalgia iracunda por los tiempos de cuando era un ávido "peludomaniaco".

Estoy seguro que a muchos nos ah pasado lo mismo, y si no ha sido así, basta con escuchar un programa para quedar atrapados en el tiempo.

A pesar de que desde mis "días" a cambiado el ambiente del programa (así como el locutor), lo que no cambia, ni creo que cambie, es la forma tan particular que tiene la gente de contar sus relatos, eso es lo que en realidad me remonta atrás en el tiempo...

Escuchando los tonos de voz que utiliza la gente para relatar, y hasta los mismos relatos que no han cambiado, no puedo evitar el recordar las tardes y noches de relajo en casa de mi crunny, todo para terminar escuchando este programa antes de retirarme a mi casa, lo atento y en silencio que escuchábamos el programa, silencio que era interrumpido ocasionalmente por un "no mames!" y un "te imaginas?" en el inter de un relato y otro, el miedo de caminar por la avenida oscura y solitaria pensando en todo lo que acababa de escuchar, y hasta (por que no?) contar nuestros propios relatos, retroalimentando el "miedillo" y la anticipación con algo mucho mas cercano y "real".

Y todo esto sirviendo como anzuelo para remonta a mas y mas recuerdos, lo que me antoja sobre manera a revisarlos uno a uno con un tekila en mano, saborear los recuerdos sorbo a sorbo, aunque mañana me tenga que levantar temprano.

Entonces, y después de leer este apartado, usted sigue creyendo antinatural el sentirse estimulado escuchando "la mano peluda"?, si es así es porque nunca la ha escuchado, lo invito a crear memorias para un futuro empezando el día de hoy, baje el podcast, o mejor aun, escuche el programa directo de la radio de noche y con la luz apagada, pero eso si, con un muy buen amigo a su lado, eso es imprescindible.

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